OK, estoy
intentando algo Nuevo hoy. Hace algunos años empecé un blog, un lugar para
compartir mis pensamientos y sentimientos. Hoy, por primera vez, voy a traducir
un artículo al español. Tal vez siga haciéndolo, allí vemos. ¡Aquí está!
Mientras
viajaba a casa por las vacaciones de navidad, fijé la meta de terminar de leer
el Libro de Mormón antes del fin del año. Una vez que llegué y empecé a
divertirme y distraerme con la familia, mi determinación se fue debilitando, y
decidí que seguiría leyéndolo como ya lo hacía, más o menos un capítulo por
día.
Me fue
restaurado el entusiasmo por esto (traducción: terminé el Libro de Mormón antes
del fin del año. Soy un capo), y decidí volver a mi plan. Ahora que está empezando
2014, con la oportunidad de empezar mi libro favorito desde la primera página,
quería compartir un poco de lo que aprendí mientras lo leí en la segunda mitad
de 2013.
Esta vez,
leí el Libro de Mormón con un enfoque en la fe. Quería aprender todo lo que
pudiera de la fe, con la meta final de fortalecerme la mía. Mi gran observación
es que sí, el Libro de Mormón habla mucho de la fe. Hasta diría que no hay otro
libro en el mundo que a uno le ayudaría a aprender de la fe, y a desarrollarla,
como el Libro de Mormón lo hace.
Una
observación menos general es que, muchas veces, los héroes del Libro de Mormón
ganaron la fe que necesitaban al recordar—recordar sus propias experiencias con
Dios, y recordar las cosas que Él había hecho por sus antepasados.
He pensado
bastante últimamente en cuán frágil la memoria es, cuan fugaz; me fui solo dos
años a la misión, pero en ese tiempo me olvidé de todos los bailes que trabajé
tanto para aprender el año antes que me fuera. También me olvidé del cálculo, y
tuve que re-enseñarme a mi miso todo Cálculo I antes que pudiera entender
Cálculo II. Y eso sin decir cuan a menudo me olvido del nombre de alguien pocos
segundos después que me lo dice.
El punto
es, soy bien olvidadizo, y aunque Dios se ha manifestado a mí, a mi familia, y
al mundo muchas veces, me olvidaré de todo eso si no hago un esfuerzo
consciente por recordar.
Sabiendo
esto, supongo que tiene razón el que una razón por tomar la Santa Cena cada
semana es para recordarlo.
La
observación más importante (para mí) de esta lectura del Libro de Mormón llegó
unas pocas semanas después de empezarlo, en 1 Nefi capítulo 9. El versículo 6
dice, “Pero el Señor sabe todas las cosas desde el principio; por tanto, él prepara la vía para realizar todas sus
obras entre los hijos de los hombres; porque, he aquí, él tiene todo poder
para el cumplimiento de todas sus palabras. Y así es. Amén.”
Me puse a
pensar en lo que significa que Dios prepara la vía para realizar todas sus
obras. Realmente, significa que cuando Él me manda hacer algo, antes que de el
mandamiento—antes que yo empiece el esfuerzo interno por ver si le seré fiel—Él
ya ha preparado la vía para que yo lo haga. A veces yo pienso que, si tomo un
paso de fe del lado de una montaña, Dios descenderá como una águila para
agarrarme, para que yo no caiga. Tal vez una mejor analogía es que Él ya ha
construido un camino, y cuando tomo ese paso mi pie llegará allí y podré
seguirlo. Todavía no puedo ver el camino hasta que de el primer paso, pero está
allí. Tal vez haya estado allí por más tiempo que yo he estado vivo. ¡Tal vez
Dios empezó a construirme el camino a la vez que construyó este mundo!
¿Cómo no
puedo confiar en Él si es tan sólido y confiable? ¿Cómo no voy a seguirlo si el
camino ya está preparado?
Para
terminar, me gustaría compartir un pequeño versículo de mi libro preferido del
Libro de Mormón, Alma. En el capítulo 5, el versículo 12 dice, “Y según su fe,
se realizó un gran cambio en su corazón.” En este versículo Alma, Hijo está
hablando de la conversión de su padre, pero este principio es verdad para cada
hijo de Adán e hija de Eva en esta tierra: La fe cambia el corazón. Lo he visto
suceder en las vidas de muchos alrededor de mí, y en mi propio corazón.
Quisiera
extender una pequeña invitación al que esté leyendo esto hoy. Lea este libro.
Yo lo he hecho, yo sé que es verdadero, y he visto como mi fe se fortalece
mientras lo hago. Si ya lo ha leído muchas veces, o si ésta es la primera vez
que ha escuchado de él, ¿por qué no intentarlo? ¿Por qué no fijarse una meta de
leerlo conmigo en 2014?
(Y lo puede
encontrar aquí. Qué lo disfrute.)